No les pasa que Enero pareciera que es un año en sí mismo. A mi en lo personal se me hizo eterno; era la hormiga recorriendo la cola de un cocodrilo, que pasaba de cresta en cresta sin encontrar el fin.
Pero ya! llegué a Febrero con la grata noticia de que no estoy enfermo. Larga historia que contar que seguro en algún momento cuando esté preparado y me lleguen las palabras se la compartiré.
Un abrazo de mamá luego de 6 años, eso también pasó en Enero.
Movidito empezó mi año no?
Pues sí, movimientos que me invitan también hacer foco en proyectos que quiero darle forma en este 2023 entre los que encuentra este:
Esta será la 4ta edición del Grupo Terapéutico On-line con enfoque Psicodramático que estaré coordinando y que tengo la intención de iniciar en Marzo de este año.
Les dejo por acá el link que les llevará a la propuesta por escrito. Si estás interesado/a no importa el lugar del mundo en donde te encuentres, de hecho un deseo que tengo picándome la oreja desde hace tiempo, es lograr aperturar un grupo terapéutico para Europa que lamentablemente no he podido concretar por falta de quorum.
Si por otro lado no necesitas siquiera leer la propuesta porque prefieres que te aclare dudas en vivo y directo, te dejo el link para que agendes una entrevista de 30 minutos conmigo completamente gratis a través de la plataforma zoom.
Esta nueva edición de mi Newsletter viene dedicada a la grupalidad.
Quisiera tomar como punto de partida lo que es un grupo para Pichon-Riviere:
Pichon-Riviere entiende que un grupo es un conjunto restringido de personas que, ligadas por constantes espacio temporales, el cual, articulado en su mutua representación interna, se propone en forma implícita y explícita una tarea que conforma su finalidad, interactuando a través de complejos mecanismos de asunción y adjudicación de roles.
Seguramente en principio no sé entiende muy bien este acercamiento teórico de lo que es un grupo. Esas palabras de gran tamaño intelectual que pocos usamos en nuestro diccionario cotidiano y que vuelve inentendible o en última instancia no le sirve de mucho al habitante corriente de este mundo que necesita llegar a fin de mes. soy de ese grupo corriente por cierto.
Un orden hegemónico que nos atraviesa de punta a punta y que busca más la segregación como mecanismo de resistencia ante la revolución que se le está viniendo encima.
La mayoría de nosotres, hemos pertenecido a muchos grupos sociales de todo tipo, si te invito a pensar en cuántos, seguramente pierdes la cuenta, aunque para contar te pido que seas humilde. Cuenta pensando en la pertenencia, esa sensación de apropiación que evoca destellos de felicidad, que duele si desaparece, que provoca extrañes cuando ya no está. Capaz si cuentas partiendo de allí, entonces el número se reduce a decimales.
Hay algo de un amor a la grupalidad que siempre me ha acompañado en el camino que he decidido emprender profesionalmente hace ya 15 años cuando de forma fortuita decidí estudiar Psicodrama.
Cuando pienso en qué momento me dejé seducir por lo grupal me llega la imagen de mi casa de infancia mientras atravesaba la adolescencia.
Mi casa quedaba a una cuadra del colegio donde estudié la mayoría de mi vida educativa. Era de esos que siempre llegaba tarde, y como no hacerlo, si escuchaba el timbre a las 7 am en punto cada día desde la cocina de mi casa mientras, comía la arepa con mantequilla y algún fiambre que siempre me esperaba en la heladera.
No era de llevar comida al colegio. Prefería llegar con la panza llena y aguantar hasta que llegará a casa a mediodía. No sé por qué siempre me dieron náuseas cuando a la hora del desayuno en el colegio, escuchaba el papel de aluminio que envolvía las arepas de cada une de mis compañeres abrirse y con ello, un olor desagradable a arepa sudada que hasta el día de hoy recuerdo fielmente. Hay algo siempre de la grupalidad a la que capaz se le tiene rechazo, otras cuestiones atracción y algunas otras que devienen en sensaciones de neutralidad o de no importantancia. Un grupo es un universo en sí mismo, es un cosmo, allí habita el todo.
Mi casa de infancia siempre alojó ese universo. Muchas tardes llenas de gente alimentaban ese deseo que fue creciendo en mi por coordinar grupalidades. Creo que si no hubiese estado en ese espacio físico, mi vida hubiese tomado otro rumbo. Para mi es cierto que se hace camino al andar, nos vamos constituyendo en función de nuestra experiencias con otres, y fue a partir de allí, que en mi propia subjetividad encontré algo, un tesoro que estaba a simple a vista, mi aguja en el pajar, en la sala de mi casa, en el “cuarto verde” como le llamaban mis amigos, los mismos que a diario me visitaban para hablar de cuestiones que cualquier adolescente hablaría o jugar con el organo de los 70s que nadie sabía tocar pero que nos ayudaba a entrar en el “como sí” fueramos DJ´s de Drum and Bass. El mismo espacio que terminó siendo el único escenario de Psicodrama de Venezuela, y que sigue siéndolo, pero ahora vacío y lleno de migraciones con olor a exilios y que es refugio de utileria que con el paso del tiempo se llenan de polvo para maquillar lo que una vez fue.
El tesoro de lo grupal, la mirada de otredades que se encuentran con un fin; sanar. Cuerpos que se agrupan, que danzan , que lloran, que ríen y se enojan.
La virtualidad me ha salvado de la caída en picada que deviene con el acto de migrar, me amortiguó la llegada a tierra. Fue revelador darme cuenta que ese espacio físico al que le rendía culto lo tenía ya incorporado en mi cuerpo. Se hizo territorio, amplió mis fronteras. Sin darme cuenta, y a veces, de cuenta dándome solo que haciéndome el boludo, había transgredido lo instituido a través del juego, como jugar para mi es escribir esto que estás leyendo.
Seguiré creyendo en lo grupal, en lo plural, en el más de dos. Seguiré creyendo en mi creatividad como ese lugar que evoca posibilidades para gestar encuentros y reencuentros con otredades que también tienen el mismo deseo: Sanar con otres.
Hasta la próxima
@Sublimando
“Para dominar lo que está afuera es preciso hacer cosas, no sólo pensar o desear, y hacer cosas lleva tiempo. Jugar es hacer”. Donald Winnicott
¿Dónde dejo esa sensación que a veces deviene cuando miro a los ojos de alguien?
pero no cualquier alguien,
una otredad sin nombre,
anónima,
otra hormiga del hormiguero.
Es como lanzarse al vacío sabiendo que no golpearás
capaz sea el viento lo que dá,
certeza;
invisible a veces
otras veces deviene en erizos en la piel
y otras;
cuántas otras no existen,
si el viento siempre intentará ocupar el vacío
tal cual como el agua llena un recipiente.
la lucha a escondidas entre el viento y la gravedad,
que seguro mas bien es una danza
pero mi mente humana acostumbrada a la guerra lo ve de otra forma.
viste?
como me perdí hablando del volar y termine escribiendo del viento y la gravedad,
y su no sé qué entre ellos.
¿Son solo los pájaros los que vuelan?
o también vuelan los que saltan
alto,
largo,
como si el tiempo se detuviese,
se hace goma; flexible,
una eternidad que surfea en lo fugaz,
un claroscuro,
mientras se está en el aire
en ese espacio vacío habitado por el viento,
y la gravedad que pierde
ante la mirada entre dos
y el suelo que exige ser visto.
mirar es un acto de fé.
viste?
cómo me perdí hablando del acto de volar,
cómo terminé hablando del viento y la gravedad
cómo terminé hablando del tiempo y del mirar.
Me pasa que actualmente estoy con muchas ideas y además con la creencia de que tengo poco tiempo para darles forma y finalmente no haga nada. Estaba perdido por acá precisamente por eso mismo. Un montón que quisiera contarles y decirles y que no termino sentándome a escribir.
Construir un espacio en donde desplegar la creatividad lleva tiempo, muchas veces años (soy ejemplo de ello), pero la construcción del mismo no puede ser fortuito, conlleva conocerse en tiempo, cuerpo y espacio, y eso para mí termina gestando un movimiento, una forma de ser subjetiva, como el arte mismo.
A veces siento que “pensar” es una pérdida de tiempo pero empiezo a reconocer que las ideas vienen de allí, me hace pensar que “pensar” no debería de ser tan pesado, es darle un ordenamiento a la idea, y quien termina haciéndolo es el cuerpo. El cuerpo ordena las ideas a través de un movimiento. Un movimiento no implica algo exagerado o rebuscado, un simple gesto basta. Una frase como punto de partida, una pincelada que deviene en otra y otra y otra.
Después de tiempo sin escribir, la poesía me trae de nuevo a este espacio que me sirve de tanto para ordenar ideas y pensamientos.
Por acá ya somos casi 100 suscriptores. Agradecido con cada uno de ustedes por permitirme llegar a sus bandejas de mensajes deseados.
Escribo esta edición a dos días de tomarme unos días de vacaciones.
Quiero compartirles que a partir del 1ero de Febrero estará abierta mi agenda para aquellas personas que deseen iniciar un proceso terapéutico conmigo.
Solo por el mes de Febrero estaré ofreciendo para ustedes mis suscriptores, la primera sesión gratuita para quienes se acercan conmigo por primera vez.
Por otro lado quiero informarles que también a partir de febrero estaré iniciando el proceso de entrevistas (30 minutos), para quienes desean ser parte del 3er grupo terapéutico con enfoque psicodramático que tendrá inicio la segunda semana del mes de Marzo. Los días y horarios serán definidos entre todes los que participarán de la experiencia (grupo máximo de 12 participantes). Si te interesa ser parte de la misma debes primeramente completar el formulario “Lista de Espera Grupo Terapéutico”. Una vez completado el mismo recibirás un correo electrónico con toda la información pero de igual manera la entrevista es para aclarar cualquier duda que tengas en relación al mismo.
De igual forma pueden escribirme por los distitos canales de comunicación que están disponibles (Instagram, Facebook, email, substack) si tienen alguna duda o comentario.
Agradecido de antemano con cada une de ustedes. Gracias de por el apoyo y la confianza.
Desde que tengo memoria mi familia siempre planeaba viajes hacia los Andes venezolanos. Tomando en cuenta que nuestras vidas tenían lugar en la zona centro costera de Venezuela, ir a los Andes, era “una travesía”. Era ese momento del año en el abríamos el closet y desempolvábamos las chaquetas, los gorritos y los guantes para el frío que ya no estaban de moda, eran los mismos de hace años y que seguían siendo de utilidad para el viaje familiar.
Un frío que en lo cotidiano no lo sentíamos, era ausente por vivir en el trópico eterno, lluvia y sequía, así son nuestros años allá.
Siempre teníamos el deseo de que alguna vez nevara mientras recorríamos sus montañas. Deseo que nunca se cumplió por que es más dificil que ganarse la lotería, y yo en lo personal, con los juegos de azar nunca he tenido suerte.
Casi siempre íbamos en Enero. Esos días libres que se tomaba mi madre para no trabajar, para darle receso a la madre soltera que siempre tiene la premisa “si no trabajo no comemos”, una verdad que se le hacía fácil soltar con tan solo imaginar el viaje anual en familia a los Andes.
Había cosas que no podían faltar. Comida ya preparada por mi tríada favorita (abuela, tía y madre), la charrasca de mi tío en el baúl del auto junto con sus cds de rancheras mexicanas y raspa canilla andina, las pastillas para el mareo de mi tía y las bolsas de caramelos para regalarle a les niñes del páramo en víspera de reyes, que con sus cachetitos rojos esperaban a ambos lados de la ruta de doble vía, montañosa, empinada, con una soga que cruzaba el asfalto y que levantaban para obligar a los autos detenerse y era en ese momento donde mis primos o alguno de nosotres sacaba su cabeza por la ventanilla del auto y lanzaba caramelos. Les niñes corrían, alegres buscando tesoros dulces en la tierra.
Mi tío era el amigo de todes. Cada vez que nos deteníamos en algún lugar, que eran muchas por cierto, las paradas que hacíamos, mi tío desaparecía como un mago que ya sabe su truco y buscaba conocer a alguien, algún campesino que le invitara entrar a su casa, conocer su jardin, su huerta o el pedazito de tierra donde cultiva ajo, papa, cebolla de verdeo o puerro. No sé cómo hacía pero siempre le regalaban cosas, capaz eso es algo común en los magos o en aquellos que siempre llevan una charrasca en la mano para acompañar la música.
Yo a mi abuelo nunca lo conocí, de hecho mi madre tampoco, murió cuando ella era una bebe, pero de lo poco que se sabe de él, es que era un Andino. Un campesino de algún lugar de los Andes que migró a la capital con el mismo sueño de cualquier campesino que migra a la ciudad; “tener una vida digna”.
No sé si alguna otra persona de mi familia se hizo las mismas preguntas que yo cuando visitábamos los Andes venezolanos.
¿Qué me atrae de este lugar?
¿Qué pasa que me siento entero cuando recorro sus montañas, sus ríos, sus lagunas?
¿Será que soy de acá?
y es allí donde llega la imagen de mi abuelo. sin rostro, solo una silueta que deviene en amor, tan puro como esos tesoros dulces en la tierra que evocan sonrisas con cachetitos rojos.
El viaje familiar anual trajo en mí, una necesidad de recorrer los Andes, por años me encargué de planificar viajes con amigues a lagunas y páramos que había conocido con la familia. La mochila de 80 litros que heredé de mi hermano siempre me acompañaba, ya con cierres rotos y tirantes vencidos era igual de fuerte para sostener el peso de un sueño de un adulto temprano que quería conocer ahora la cordillera más larga del mundo.
Luego de haber pasado más de una década desde que decidí con el miedo pegado en el pecho recorrer los Andes, ya perdí la cuenta de los viajes que he dedicado para recorrerla y aún así sigo estando seducido por lo que allí encuentro de mi.
Este newsletter se lo dedico a la Puna jujeña en Argentina. Un lugar que hace mes y medio me hizo reconectar con mis raíces, fue volver al origen, fue resignificar a mi abuelo, fue apropiarse del viaje familiar anual, fue tener la certeza que allí hay algo sublime que no tiene que ser entendido, solo tiene que ser.
Feliz año 2022 gente hermosa.
Que esta otra vuelta al Sol nos permita a cada une; conseguir tesoros dulces en la tierra.
con cariño
@sublimando
PD: Para el mes de Marzo estaré iniciando un nuevo grupo terapéutico con enfoque psicodramático del cual les estaré hablando en la próxima edición pero si les adelanto que acá les dejaré el link que los llevará a completar el formulario y puedan estar en la lista de espera y recibir un correo electrónico con toda la infomación.